jueves, 14 de mayo de 2015

FAUNA Y FLORA DE LOS PARQUES INFANTILES (PARTE 1)

Ahora que ha llegado el buen tiempo, es momento de frecuentar estos curiosos lugares en los que se dan cita toda clase de especies, que se ven en la obligación de convivir en paz y armonía en una pequeña porción de terreno. A grandes rasgos, diferenciaremos dos grandes subgrupos que se diferencian entre sí por dos características muy determinadas: su tamaño y su situación en el parque. Los niños son, por lo general, los pequeños, y tienden a ocupar la parte interior, aunque con excepciones, ya que es frecuente encontrar algún que otro enano intentando salir por patas del arenero y huir poniendo pies en polvorosa. Los padres y madres, por su parte, suelen ser más grandes, aunque no por ello más responsables, ya que la madurez en muchos casos sólo se les presupone. Suelen ocupar la zona circundante del parque, a modo de afición ultra durante un partido de fútbol. Vamos a analizarlos.

Los niños se relacionan entre sí con naturalidad, sin complejos, hablan e interactúan sin prejuicios, sin importar que su interlocutor sea blanco, negro, rojo o azul; rubio, moreno, pelirrojo o albino. Ellos se miran, se saludan y hala, ya está todo hecho, ya son amigos. Y si alguien se anda con titubeos o se revira más de la cuenta, está fuera, se convierte en un outsider. Como no tienen complejos ni prejuicios, tampoco les importa apartar a todo el que no empatice con rapidez. Es como cuando en una discoteca te acercas al grupo de las guapas e intentas entablar conversación. Con suerte tienes una oportunidad, y si no la aprovechas estás perdido. Por eso te conviene estudiar antes la situación y elegir con tiento al objetivo.
La complejidad de las relaciones sociales de los niños en los parques se resume en frases como 'quieres jugar conmigo' o 'vente conmigo al tobogán'. Un consejo, no las uséis con las madres, tienen el efecto contrario.

Los padres/madres, por su parte, socializan de forma muy distinta. Lo normal es que la comunicación se inicie con acercamientos del tipo “joé que calor hace ya” o “ya estamos aquí otra vez”. No suele ir mucho más allá de esto, salvo que aparezca la figura del abuelo/a. Entonces la conversación puede girar sobre cualquier tema, estad prevenidos.
En el caso de que dos o más padres logren conectar, el tema será necesariamente lo dura que es la vida con niños, el fútbol o lo que nos explotan nuestras mujeres y lo bien que vivíamos antes. Si en cambio el grupúsculo es de madres, la conversación puede girar sobre cualquier tema, estad prevenidos.

Por regla general, en los parques se dan varios perfiles paternos/maternos muy determinados. El progenitor temeroso de dios que se pasa la tarde persiguiendo al crío para evitar que se abra la cabeza; el padre o madre que se sienta en el banco teléfono móvil en mano y no levanta la cabeza hasta que el crío se abre la cabeza; el padre hiperpreparado que acude bien provisto de chuches para sus niños y para todos los del parque, y que por ende acaba convirtiéndose en el principal protagonista; el padre que acaba de volver de trabajar traje de chaqueta y corbata en ristre y al que le han encasquetado al niño “para que se desfogue un poco”; la madre comepipas que lo pone todo perdido; la pareja de abuelos que convierten el tobogán en una fiesta; la madre enrollada que no duda a la hora de tirarse al suelo para acompañar a los pequeños en el noble arte de echarse arena por encima…

Si os toca durante estos días frecuentar estos inventos del demonio, haceos estas preguntas:  

¿Por qué a ningún lumbreras se le ha ocurrido proyectar un parque con sombra para los padres? En dos días seréis capaces de coger un moreno parque infantil que va a ser la envidia de camioneros y taxistas.

¿Dónde están las madres buenorras que nos prometieron en series y películas? No he visto ni una en cerca de 4 años visitando parques con asiduidad.


¿Por qué te miran mal si bebes cerveza en un parque infantil? Pasarte 3 horas mirando cómo un niño se lanza una y otra vez por un tobogán y una niña hace pasteles de arena se hace bola si no se acompaña con alcohol. Pero al parecer, no está bien visto.

CONTINUARÁ...


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